El artesano – capítulo 8
El artesano abrió la puerta hasta un punto en que podían
verse ambos rostros y puso automáticamente el pie derecho detrás de la puerta
para que Marta no se la abra del todo.
_ No quiero problemas.
_ No tendrá problemas.
_ Voy a tenerlos con su marido.
_ No los tendrá, él hace lo que yo le digo.
_ Nadie hace lo que otro le dice, alguna vez se revelará.
_ No se revelará nada.
_ La revelación será el Apocalipsis.
Marta puso la mano sobre la puerta y la empujó levemente,
El artesano sacó su pie como si Marta le hubiese ordenado que lo saque, la miró
a los ojos, era una mujer muy bella, el azul cristalino de sus ojos era muy
profundo, tan profundo como el mar, El artesano podía “ver” semillitas detrás
de esos ojos y luego el universo, imaginaba…y Marta sabía lo que él imaginaba.
_ Necesito aparearme…
_ ¿Aparearse? (era una palabra muy poco común de utilizar).
Marta tenía el pájaro-avión en su mano derecha, entró y
cerró la puerta con un movimiento de cintura golpeando suavemente una de sus
nalgas contra la puerta, abrió la palma de su mano dejando la talla bien a la
vista del Artesano y le dijo suavemente, casi soplándole al oído:
_ Quiero volar…
_ Esa es una mejor forma de pedir las cosas. (Marta no las
pedía, las ordenaba).
El artesano dejó caer el toallón de su cintura y Marta se
desvistió en segundos…
_ ¿Quieres que venga también tu amiga?
_ No!, digo no, no. (El artesano pensó que Marta dominaría
fácilmente al hombre menudo, y se preguntaba si ella no lo dominaría a él
también, juntó algo de coraje o ese resto de hombría que le quedaba).
_ Así que quieres aparearte… (y la llevó hasta la cama).
El avión-pájaro quedó sobre la mesita de luz.
_ Por aquí hay pocos hombres.
_ por allá hay pocos ángeles.
_ Tal vez demasiados guardianes...
[[[ Génesis 6:1-5
1Aconteció que
cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les
nacieron hijas,
2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres
eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.
3 Y dijo
Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque
ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.
4 Había
gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los
hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron
los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.
5 Y vio Jehová
que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. ]]]
_ Tú eres bondadoso, ciertamente tendrás tu día de suerte.
El artesano recordó su charla con el conserje, sonrió y se
quedó profundamente dormido, soñó con niños, un sueño suave y tierno, se veía a
él mismo jugando en un arenero, en una plaza… una madre vestida con una pollera
larga oscura hasta debajo de sus rodillas y una camisa blanca algo entablada, y
el cielo celeste, límpido, girando y girando por la referencia de algunas nubes
como de algodones, se vio en el parque independencia en un avioncito que giraba
y delante un helicóptero y deseó ir en ese helicóptero y volar y volar…
Despertó y Marta ya no estaba, ella simplemente
DESAPARECÍA.
Sonó su celular: “En 45 minutos salimos para el
laboratorio”.
El artesano se levantó, se sintió sucio… transpirado, se
dio una ducha rápida en el baño que siempre relucía y así lo dejaba él a pesar
de su apuro, no estaba en condiciones de ir a ninguna parte pero iría de
cualquier forma, se tomó un “berocca”, luego una aspirina, se vistió con un
jean y una camisa blanca y corbata como si fuese a una entrevista de trabajo,
estaba confundido… bajó al comedor.
Estaban Soledad y Alfonso ya sentados en las dos mesas de
siempre tomando un café y charlando plácidamente como si nada hubiese sucedido,
El artesano pensó ¿“esto” será otro planeta?, pero no, no lo era, Marta estaba
detrás de la barra y lo miraba con sus ojos de mar. Ël solo cumpliría con su
trabajo como siempre lo había hecho y luego se iría lejos tal vez a México o a
España o donde sea.
_ Un café cargado señora… por favor. (El artesano quería
demostrar una distancia tan inexistente como obvia, Marta hizo un gesto
moviendo levemente su cabeza y levantando sus ojos).
Tomaron sus cafés y salieron en la Luv hacia Alta Gracia, Soledad
llevaba su bolso verde militar, deberían ir por Mina Clavero y luego por las
altas cumbres, al anochecer las nubes iban bajando y en la ruta había una
neblina persistente. De cualquier modo llegaron sin mayores problemas, Alta
Gracia era una ciudad algo pequeña y de muchísima tranquilidad, el hospitalito
parecía una casa más del barrio, una puerta doble de pinotea y dos ventanas con
vidrios repartidos, ningún cartel, solo una cruz de color azul, casi un
dispensario, una pequeña clínica, en la puerta lo recibió un custodio de
seguridad privada, enseguida los saludó y les permitió el acceso, adentro había
un pequeño “estar”, contra las paredes unos sillones tipo sala de espera y
adelante un mostrador alto con vidrios en su parte frontal dividiendo el
supuesto enfermo de las dos administrativas que atendían, a esa hora ya casi no
había gente porque los médicos se marchaban a las 19 horas y quedaba solo un
enfermero estudiante de medicina del último año de carrera a modo de guardia. A
un lado del mostrador un pasillo ancho comunicaba con dos consultorios médicos,
luego una sala de análisis y en frente una de estudios radiográficos, al final
del pasillo una puerta doble vaivén de madera con una faja de acero inoxidable
en la parte central a la altura de una camilla y dos vidrios opalinos con
sendas cruces rojas en la parte superior, por encima un cartel blanco con
letras verdes decía “quirófano”, frente a la puerta esta vez dos agentes de
seguridad mantenían una charla que fue abruptamente interrumpida con la llegada
de Alfonso, ambos les cedieron el paso con un saludo muy cordial, pasaron a un
sector algo reducido de higienización primaria, luego a otro donde se colocaron
unos trajes enteros color blanco, guantes de latex, polainas y cofia y
finalmente un barbijo, luego ingresaron al quirófano propiamente dicho con la
camilla alta en el centro y sus luces arriba, el instrumental necesario a los
lados en mesitas de acero inoxidable, el tubo de oxígeno y la característica
máscara verde cristalino colgando de una manguera corrugada blanca casi
transparente… al final otra puerta doble comunicaba con otro pasillo con dos
puertas que seguramente serían las habitaciones de internación, al final otra
puerta doble, esta vez robusta y totalmente en acero inoxidable, contra la
pared un pequeño dispositivo con una pantalla táctil para ingresar una
contraseña y a un lado un orificio por donde podía distinguirse una luz verde
brillante para colocar cualquier dedo de la mano y permitir o no el acceso al
“laboratorio”. Alfonso cumplió con cada requisito e ingresaron a otro “estar”
esta vez de asepsia total para garantizar que no haya contaminación alguna,
luego otra puerta completamente vidriada y hermética se abrió delante de ellos
dejando escapar un pequeño silbido de la atmósfera controlada a sobre presión
atmosférica. El hospitalito se acababa de transformar en una especie de GRAN
laboratorio donde varias personas trabajaban en distintos instrumentos incluso
algunos separados en pequeñas habitaciones totalmente vidriadas.
_ Aquí la contaminación es casi similar a la de la NASA.
Alfonso pasó por otra puerta a lo que sería una especie de
pequeña morgue… no había tanto para guardar, abrió uno de los largos cajones de
acero inoxidable, en él, en posición casi fetal o como si hubiese estado en
cuclillas un esqueleto de un niño momificado con restos aún de tela adherida,
El artesano calculó por la medida de sus huesos que sería un niño de unos 12
años de edad aunque su capacidad craneal era muy superior, casi el doble de lo
normal, su cráneo era alargado por encima de la nuca.
_ Este chico fue encontrado en la cueva que estuvimos hoy
junto con otros cuerpos momificados, el adn mitocondrial nos da humano, el adn
nuclear por parte del padre es totalmente desconocido, no es comparable con
nada que exista sobre la tierra.
_ ¿Qué hacen en este sitio?
_ Atendemos la salud de la comunidad.
_ Digo aquí, en este laboratorio.
_ Genética, también tenemos otro sitio de robótica, aquí se
investiga y se llevan adelante ciertos experimentos no del todo autorizados, o
digámoslo de otra forma, no del todo informados.
_ Eso es ilegal…
_ No, no del todo ilegal, hay cosas que no las pueden
conocer mucha gente o pocos o directamente solo dos personas, no mas que eso.
(Alfonso miró a Soledad y al Artesano, ¿serían ellos los dos elegidos?). Hoy
tuvieron ustedes la primer gran experiencia ingrata pero también hay de las
otras, al conserje le devolvimos parte de su vida… un éxito total. (Alfonso
cerró la caja metálica con el “niño de las estrellas” adentro).
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