miércoles, 26 de diciembre de 2012

EL Artesano - cuento/novela - capítulo 15 y final de la historia



El Artesano - capítulo 15 y final de la historia
«Y dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos…» (Gn 35:4)

(237 ac, Egipto) Pa-di-Amón se encontraba con un grupo de soldados egipcios recolectando higos en la ribera occidental del río Nilo cuando vieron de lejos la figura de un chiquillo de no mas de 12 años de edad que caminaba siguiendo el curso del agua hacia el sur, se acercaron pensando que era un niño perdido o un mendigo por sus humildes ropas, cuando estuvieron cerca le preguntaron "¿quien eres?", el niño les dijo: "raah beon yí, hijo de Jacob y padre de la tribu de los Rubenitas, expulsados por el rey Teglatfalasar de las orillas del río Jordán", el niño extendió su mano y le cedió a Pa-di-Amón una talla en madera de sicómoro similar a un pájaro "Regalo de Amón, Dios del aire". [[[ raah beon yí había muerto hacía 400 años atrás, a partir de ese momento los Egipcios tuvieron la posibilidad de dominar el aire, la talla en madera del pájaro de Saqqara acompañó a Pa-di-Amón hasta su tumba ]]].
Armando sostuvo la pistola con ambas manos apuntando a la cabeza del Artesano.
_ Alfonso era como un padre para mi...
_ Alfonso volverá como todos hemos vuelto.
_ Yo no quiero volver de esta manera.
_ Si me matas no podrás volver mas y seguirás siendo aquel pastor perdido en los tiempos en las riberas del río Jordán.
_ Al menos allí mi mujer me era fiel.
_ Existen muchos errores, demasiadas conexiones, no podemos modificar el libre albedrío.
_ Aquí se terminaron las ondas de tu ginebra con hielo. (Armando hizo un leve movimiento y la detonación fue instantánea, el proyectil 7.62 atravesó su frente, arrastró parte del hueso frontal, masa encefálica y parte del cerebro haciendo un hueco de unos 7 centímetros estallando la parte posterior del parietal de su cráneo, el cuerpo de Armando fue despedido unos 3 metros hacia atrás por el impacto, El Artesano se dio vuelta y vio caer la vaina servida del fusíl de Soledad picando por los tres escalones, Marta quedó en silencio ininmutable sabiendo que debía ir al otro día a hacer una denuncia sobre la desaparición de una persona: su marido).
_ Alfonso no hubiese querido esto. (tres de los custodios enseguida levantaron el cuerpo y se dispusieron a limpiar y dejar todo como si nada hubiese pasado, Armando sería incinerado)
_ Alfonso me contrató precisamente por esto, nadie absolutamente nadie debe hacerte daño.
_ ¿Tu no crees en los milagros?
_ El te hubiese matado, una décima de segundo mas tarde y te hubiese matado.
El cielo se puso negro, muy oscuro y las nubes fueron cubriéndolo todo, un viento arremolinado empezó a soplar desde el oeste, una tormenta de tierra los sorprendió a todos, Marta fue hasta el jeep y sacó su propio fusil, algunos relámpagos comenzaban a iluminar la negrura... Un haz de luz muy intenso apareció de la nada, un ovni se detuvo sobre la humanidad del Artesano, él se tapó los ojos al mismo instante que Soledad y Marta disparaban pero la luz las enceguecía, los seguridad se cubrieron detrás de algunos árboles disparando con sus pistolas 9 milímetros a ciegas, un potente rayo de luz envolvió el cuerpo del Artesano y lo elevó por encima de las cabezas de Soledad y Marta, los ángeles habían vuelto por él... Así como apareció la tormenta de la misma forma se disipó, volvió la luna a brillar en lo alto, El Artesano ya no estaba en esta dimensión, Soledad llevaba un pequeño embrión en su vientre de solo semanas de gestación, sabría unos días mas tarde que estaba embarazada del Artesano, su misión había sido cumplida. El Artesano tuvo su día de suerte, resucitaría 9 meses después.

Fin


[[[ "El Señor vio mi aflicción y me regala un hijo" ]]]




El Artesano - cuento/novela - capítulo 14

"Tanta gente creyente, tantas plegarias, pedirle a alguien a quien aún nadie conoce que sane la carne y el espíritu de tantos y tantos pecadores y los perdone de algo que jamás hicieron... Una fuerza electromagnética que supera casi todas las barreras y llega al infinito y tan solo en la corteza cerebral la materia se transforma en conciencia y la conciencia supera la vida y se hace eterna y perdona."
_ ¿Dios?, ¿qué sabes tu de Dios? ¿o crees en una entidad omnipotente que todo lo sabe y todo lo cura o que por el simple hecho de comer del árbol del conocimiento nos castiga a ser simplemente humanos mortales?. ¿Te parece que yo puedo hacer eso?
_ No, no conozco tanto, yo no creo, tú no harías jamás eso, tu mi Dios eres bueno, eres un buen hombre y un buen sabio pero como me dijiste aquella vez cuando nos conocimos tu eres artista, el arte y el amor están en tu cerebro. Yo lo siento dentro mío y en eso creo, las imágenes surgen como un haz de luz, Tú estás corrigiendo esos errores y allí afuera los vigilantes no permitirán que eso ocurra.
_ Tus vigilantes son simplemente ángeles, ángeles sin masa, solo etéreos, energía pura y vienen por todo, no toda la vida en el universo tiene nuestra misma forma ni usa nuestros mismos métodos.
_ Te harán daño, quieren matarte.
_ Tendrán un problema con eso. (Soledad salía del cuarto de las nenas). Tú solo dime a quien hay que matar...
_ A mi marido. 
_ Entonces tendrá su bala en la cabeza “El que venciere heredará todas las cosas…”.
_ No quiero discusiones aquí delante de las nenas, nadie matará a nadie, recuerden que tenemos un motivo, la tierra ya no es un lugar seguro.
Marta miró hacia la sala con las tres ventanas en forma de medio hexágono. El jeep acababa de pasar la tranquera y un "seguridad" daba la voz de alarma, El Artesano tenía sus propios ángeles. 
Armando llegó a la casa y bajó del jeep, enseguida fue rodeado por tres custodios, El Artesano salió de la casa y bajando los tres escalones de acceso hizo una seña como diciendo "está todo bien", Armando era bien conocido por todos ya que hacía mucho tiempo que sabía llevar y traer a Marta y todos sabían que Marta le era infiel y tal vez eso era lo que más le dolía a Armando: saberse un cornudo muy a pesar de que alguna vez había sido parte importante de todo este proyecto, él ahora era solo un simple conserje, un cuasi desconocido.
_ ¿Vienes por Marta?
_ Vengo a matarte... (El Artesano vio sus ojos rojos llenos de sangre de ira, se acercó a un custodio y le pidió la pistola Smith & Wesson 9 mm que tenía en la cintura).
_ Aquí tienes (cargó y le dió la pistola a Armando que lo miraba desorientado), pués termina con todos tus asuntos, quita el pecado del mundo... yo te perdono.
Armando llevó el dedo al gatillo, levantó el arma y le apuntó a la cabeza, Soledad desde la puerta con su fusil 7.62 esperaba un micro segundo que moviera ínfimamente el dedo índice para volarle la tapa de los sesos, se dijo a si misma: _ yo no te perdono. Marta a su lado esperaba solo que los acontecimientos transcurran sabiendo de ante mano el final de los mismos. Los seguridad esperaban una orden que nunca llegaba y todos y absolutamente todos los que allí estaban simplemente esperaban un impulso eléctrico en el microchip que llevaba Armando incorporado a su cerebro. 

El Artesano - cuento o novela - capítulo 13


Soledad y El Artesano poco a poco se fueron haciendo cargo del hospitalito de Alta Gracia, revisaron todo y absolutamente todo, desde cada video, cada clave de acceso, cada bien que poseía la empresa como cada persona contratada en los distintos lugares del mundo y su tarea asignada, dedicaron gran parte del tiempo a mejorar el equipo médico para la atención primaria de la gente de la zona, la instrumentación, los equipos del laboratorio y el software tan necesario como también la seguridad formando un grupo de elite altamente entrenado, todos bajo un juramento secreto de defender los bienes y las personas que formaban parte de un proyecto nacido hacía mas de 70 años atrás en la Alemania nazi así sea a costa de perder su propia vida... todo a cambio de un extraordinario sueldo y la promesa cierta de la inmortalidad para lo cual a cada uno se le habían extraido células las cuales eran congeladas, controladas y mantenidas bajo nitrógeno líquido. El grupo lo conformaban 21 personas que actuaban siempre en subgrupos de 3 o de 6 según la tarea asignada que casi siempre era de vigilancia o directamente como guardaespaldas. Alfonso poco a poco fue empeorando, se lo notaba delgado, el cáncer de pancreas se había extendido en su cuerpo y finalmente una tarde murió rodeado solamente por 3 personas. Marta salió de la habitación y les comunicó a las nenas el fallecimiento de "tío Alfonso", las tres lloraron su pérdida y Soledad también salió de la habitación para consolarlas, Alfonso les había dado todo el cariño posible y su máxima atención, siempre se había hecho de tiempo para jugar con ellas como para educarlas muy a pesar que arrastraba desde hacía varios años tan penosa enfermedad. El Artesano hizo un par de llamadas desde su celular y enseguida llegó una ambulancia privada para trasladar los restos de Alfonso hasta Alta Gracia. En el hospitalito estaba todo listo, un equipo de cirujanos se preparaba para recuperar el nanorobot con todos los datos cerebrales de Alfonso. El Artesano entró a la salita sanitaria, se desvistió, se higienizó con un fuerte desinfectante color rojo y se colocó el pantalón y la bata verdes, polainas, guantes y barbijo, la lupa y la luz en un aro sobre su frente... El resto fue solo una operación de rutina: obtener la información de 500 billones de conexiones sinápticas. En otro lugar, en la ciudad capital de Córdoba se procedía a la clonación celular. Se firmó el acta de defunción y se procedió a un discreto velatorio. El Artesano volvió a la estancia Deutsche Welle donde hacía tiempo se habían mudado con Soledad, se sirvió una ginebra y le puso dos hielos, agitó el vaso ancho en círculos para ver las ondas, fue hasta el piano he intentó tocar "yesterday" pero no recordaba bien las notas y apareció un leve temblor en sus dedos, había pasado demasiado tiempo... sus manos eran delicadas pero de artesano o de cirujano, la música y el alcohol no habían sido hechos para él, Marta apoyó sus senos contra su espalda y pasando los brazos por ancima de sus hombros tocó la melodía de los Beatles un poco mas lenta y mas suave y casi sin una diferencia de tiempos pasó a "Let it be" y comenzó a tararearla en su oído.
_ Hay algo que tu no sabes.
_ ¿Qué cosa?.
_ Que la inmortalidad es imperfecta.
_ Umm... puedo leerte la mente, se lo que piensas y lo que sientes.
_ Lo se, por ese y muchos otros motivos estás aquí (Marta dejó de tocar el piano y enseguida empezó a hacerle masajes en los hombros). La clonación es imperfecta, produce una vejez prematura, se traspasa un cansancio genético.
_ Lo vas a solucionar, tu eres Dios.
(Alfonso un año mas tarde sería 8 años menor que su propia hija y sus dos nietas)

El Artesano (cuento o novela) - capítulo 12

20 de diciembre, la casa de campo de Villa General Belgrano estaba ubicada en el centro del casco de la vieja estancia Deutsche Welle adquirida hacía mas de 60 años atrás por un general Alemán refugiado en la pampa del Gral Perón, había pasado por varios dueños hasta que finalmente fue heredada por Alfonso. Tres niñas de 7 años tocaban alternativamente "Heia heia wisch wisch wisch" en un piano Steinway & Sons, todas eran rubias, su piel blanca casi de porcelana y sus ojos grandes y azules tan significativos de la raza aria... Una mujer también muy blanca, rosada, gorda cincuentona con uniforme negro, delantal y cofia blanca de mucama las cuidaba y alternaba también en el piano junto a la intérprete del momento, todas reían... Alfonso desde las ventanas del medio hexágono vio entrar al jeep, Marta venía a cuidar como de costumbre a las nenas, detrás, el renault 11 del Artesano, un hombre de traje gris y corbata enseguida se comunicó mediante un minúsculo micrófono incorporado a la solapa del traje y otros varios hombres vestidos de la misma manera se pararon en el frente de la escasa escalera de mármol blanco que daba acceso a la puerta de la casa, los autos llegaron y como si lo supieran o hubiesen recibido una orden los "vigiladores" se dispersaron menos uno que abrió la puerta del renault y musitó un leve "Alfonso lo espera". Marta giró para mirar de frente al Artesano, ella se había dejado seguir así que meneó su cabeza en un gesto de desaprobación... Marta enseguida besó una a una a las tres nenas y se unió al grupo de "pianistas". El estudio era no del todo amplio y Alfonso estaba de espalda cuando entró El Artesano, sin mediar saludo alguno dijo: _ ¿como están sus padres allá por Rosario?, ¿siempre con el almacencito?
_ Si todo bien, siempre igual.
_ ¿Usted cree en Dios?
_ Usted ya sabe eso.
_ ¡Ah el conocimiento!, saber, conocer... el conocimiento nos da la sabiduría suficiente.
El artesano se aproximó al escritorio mucho mas moderno que el anterior, el que ahora estaba en el subsuelo del hospitalito de Alta Gracia, y sobre el grueso vidrio vio una carpeta con su propio hombre. Alfonso sin dejar de mirar por las tres ventanas le dijo:
_ Un nombre, ¿qué es un simple nombre? solo identifica a una cosa, un ser o todo... un individuo, detrás de un nombre está lo indivisible, se puede copiar, renombrar pero nunca será el mismo.
_ ¿quienes son "ellas"?.
_ Mi hija y mis dos nietas...
_ Ah...
_ Mi yerno bebía, ya sabe usted "si bebes no conduzcas" y tampoco operes, ¿no es así mi querido cirujano?.
_ Así es. "manos limpias y uñas bien cortas".
_ Se desbarrancaron una noche aquí cerca, en las curvas del Dique de los Molinos, murieron todos. (hubo un lapso de tiempo, una inhalación mas profunda y un leve soplido) Y ahora mi hija y mis nietitas tienen las mismas edades... es como ir muy rápido, muy rápido y cuando uno vuelve todos envejecieron pero a la inversa.
_ Uno nunca se resigna...
_ Quise retenerlas, de alguna forma, volver a tenerlas conmigo... hice lo que sabía hacer, lo que me enseñaron durante tantos y tantos años... (Alfonso se dio vuelta, tenía los ojos enrojecidos). _ ¿Nunca imaginó usted de donde salió el dinero para pagar sus estudios en el colegio La Salle?
_ Mi primer talla en madera fue ese pájaro, lo hice centenares de veces, fue como esas búsquedas tan íntimas como implacables que se terminan transformando en una obsesión. Mi padre trabajó duro, de 08 a 23 horas, toda la vida... y mi madre... (El Artesano se quebró).
_ Tengo poco tiempo mas de vida...
_ Lo se bien. (El Artesano giró para ver mas allá de la puerta del estudio las cabelleras tan rubias y escuchó las risas y la música infantil de fondo, Marta reía a carcajadas).
_ Existen campos en Patagonia y en el norte, en Salta, plantaciones de café en Brasil, también acciones de varias empresas líderes, en laboratorios, robótica... Minas de cobre en Chile... El abogado estará haciendo todos los papeles. (Alfonso miró a las nenas por encima del hombro del Artesano). Las he extrañado tanto...

miércoles, 19 de diciembre de 2012

El Artesano (cuento/novela) - capítulo 11

El Artesano - capítulo 11
Soledad sintió un escalofrío recorrer toda su espalda,  el frío iba desde las vértebras cervicales por la médula ósea hasta las últimas vértebras lumbares, se despertó y lo miró con un dejo de cariño, recordó aquella promesa de protegerlo hasta perder su propia vida, un juramento de sangre, así trabajaban los grupos seculares, casi nadie conocía al otro pero ella supo desde aquel momento en Taninga que Él era el elegido. Se levantó sin dejar de mirarlo, él dormía, tal vez estuviese soñando, ella quería que él soñara con ella, ella soñaba con él y se acercó hasta su lado, traía su bolso verde militar, lo apoyó en el suelo y sacó su fusil 7.62 que utilizaban los paracaidistas, lo cargó y lo pasó a automático, apoyó la palma de su mano izquierda en la frente como si fuese una madre tomándole la fiebre a su hijo enfermo, se reclinó un poco y lo besó, se sentó en sus rodillas, puso la cabeza en su cuello y se acurrucó a su cuerpo, él la abrazó instintivamente y ella abrazó el "fal para", ambos se sintieron por primera vez protegidos.
Pasaron horas, él despertó y la sintió tan cerca, tan suave, y a pesar del fuerte armamento "tan frágil", había gente que no merecía morir, había gente que merecía tener una larga vida... Tuvo esa imagen clonada, perdurar en el tiempo, INMORTAL, ¿podría él amar a una imagen idéntica tal cual a otra?, él sabía que la raza humana había sobrevivido a 5 catástrofes de magnitudes planetarias y que solo el haberse dispersado por toda la tierra le había dado a la humanidad la probabilidad cierta de la resurrección desde las casi cenizas del exterminio... Supo que el "motivo" era ESE: mantener la raza humana VIVA. La miró a los ojos y deseó amarla, "la razón" era amarla por su propio "motivo". Ella abrió los ojos y se adhirió aún mas a su cuerpo, él sintió su boca en su cuello y una voz suave que le decía "tengo miedo".

lunes, 17 de diciembre de 2012

El Artesano (cuento) - capítulo 10

El Artesano (capítulo 10)

“La vida de las estrellas” dijo Soledad, la vida de las estrellas... Ambos conocían todo acerca de Carl Sagan pero nada de Alfonso así que pasaron a la carpeta 2 pero estaba vacía, buscaron archivos ocultos y nada, luego la carpeta 3 y apareció otro video, esta vez Alfonso mucho mas joven, tal vez 5 o 7 años antes decía: “Si usted llegó hasta aquí es porque yo no estoy mas al mando”, parecían cortos o ediciones como si uno quisiera preparar un documental o algo así y no hubiese tenido tiempo de hacerlo, como si el autor hubiese guardado partes que le interesaba retener. Siguieron abriendo carpetas y había filmaciones en las cuevas de El Cóndor, cuando encontraron al “chico de las estrellas” y algunas momias más, también había filmaciones realizadas en Perú, Guatemala, México, Egipto y hasta en Japón, en los videos donde aparecía Alfonso la filmación se había realizado en lo que parecía una casa de campo, el escritorio era el mismo en el que estaban ellos sentados pero detrás había tres ventanas con cortinados blancos en una pared que eran 3 o sea simplemente que formaba medio hexágono, detrás se podía ver el césped bien cortado, árboles y algunos chicos correteando, (tal vez fueran sus hijos, pensaron ambos).
_ Subamos a buscar las pizzas.
Soledad tomó su bolso verde militar, no dejaría que subiera solo y tampoco iría desarmada. Arriba todo seguía como antes, los dos hombres armados en el pasillo, uno se adelantó y los llevó al primer salón, sobre el mostrador había dos cajas y varias botellas de coca cola de litro y medio. Bajaron y se limitaron a comer. Ambos callados… En algún momento alguno de los dos dijo “Sigamos”, encontraron muchos videos de operaciones de cerebros donde se explicaban técnicas y procesos… en uno en particular aparecía Alfonso explicando una vieja técnica para el “tratamiento” de un aneurisma y hablaba sobre una sonda y una cámara de video, se llegaba por una arteria hasta el aneurisma y se dejaba un resortito de platino como una funda y luego el organismo re absorbía los capilares que al quedarse sin irrigación se secaban por completo… Una vieja técnica que se había iniciado justamente en Córdoba hacía ya unos 20 años atrás. Finalmente abrieron la carpeta número 333, el número no era un número cualquiera, en el video aparecía nuevamente el Alfonso joven, esta vez sin nadie en los jardines, se notaba en la voz que había estado bebiendo y las palabras se empastaban en su boca: _ Dr. Frankenstein… usted tenía razón, somos máquinas, benditas y fallidas máquinas imperfectas, moléculas complejas de lo mismo, hidrógeno que se funde para hacer helio, fusión, somos residuos de una estrella muerta, reacciones químicas, electricidad y electromagnetismo y centenas de errores genéticos… Chinos de mierda (hubo un lapso) Benditos Chinos (y enseguida rió a carcajadas), (luego miró fíjamente a la cámara y se quedó serio) “Ustedes dos, solo lo sabrán cuando el tiempo llegue y el tiempo llegó… lo que sigue es la operación “Taninga” donde le incorporamos a “Armando” un microchip que reemplaza a las neuronas dañadas por el hematoma, esto se vino haciendo con éxito en casos de Alzheimer y otras enfermedades degenerativas pero nunca al extremo que lo hemos llevado, un nanorobot se conecta con las neuronas sanas y permite interconectar al microchip, éste tiene la capacidad de copiar y reproducir órdenes y si se quiere se puede obtener un back up de toda la personalidad del individuo… Hewlett-Packard “nos dio” la primer molécula binaria, sin ello nada de esto sería posible. Ojalá viviera yo lo suficiente, podría llenar esta habitación con dinero y cambiárselo por la juventud de ustedes… Imaginen la clonación de un individuo y luego modificarle el cerebro reprogramándolo a imagen y semejanza del primero… al fin y al cabo somos solo eso: una máquina imperfecta… Dios nos libre de todo mal".
_ Dios. (Dijo Soledad) ¿Es posible todo esto?
_ Seguramente lo sea, “Armando” está allí: vivo.
_ Dios… Dios, Dioses…
_ Hay que encontrar esa casa de campo como sea.
El sonido de una llamada en el celular del Artesano los trajo a ambos nuevamente a la realidad. Era imposible, El artesano cogió su celular y quiso contestar pero la llamada ya figuraba perdida, era Alfonso.
04.00 am la inmortalidad era solo para algunos pocos, ellos dormirían algunas horas en los sillones.

El Artesano (cuento) - capítulo 9

Salieron los tres y retomaron sus pasos, volvieron a pasar por cada puerta y cada recinto, se retiraron los mamelucos de seguridad y Soledad recuperó su bolso, llegaron hasta el pasillo y Alfonso se detuvo frente a uno de los dos “consultorios”, “adelante” dijo abriendo la puerta que no tenía llave, pasaron y se encontraron definitivamente con un consultorio médico clínico normal con su camilla, balanza, escritorio… detrás de éste una puerta otra vez con contraseña digital, Alfonso colocó su dedo índice y pasaron a una especie de pasillo con una escalera a un lado que solo descendía y frente a ellos un ascensor con su puerta doble totalmente en acero inoxidable, accedieron y bajaron unos 15 metros de profundidad, bajaron en otro pasillo con la escalera a un lado que solo ascendía y una puerta doble blindada (además la del ascensor) y la ya característica cerradura con contraseña digital, Alfonso volvió a apoyar un dedo sobre el orificio con la luz verde brillante y una voz surgió inmediata desde el dispositivo: “contraseña correcta”, pasó Alfonso y luego El artesano y Soledad como si hubiesen sido patitos siguiendo a su madre. El lugar era una gran oficina con paneles en madera a los lados y bibliotecas en casi todas las paredes menos una donde se había instalado un gran monitor que la ocupaba casi en su totalidad, en el centro un escritorio robusto y amplio en roble claro con un grueso vidrio y encima solo una pc con el típico lector de huellas digitales a su lado, detrás un sillón y enfrente otros dos todos en cuero negro; a un lado en una silla también en roble claro un hombre de edad avanzada esperaba sencillamente sentado, el techo totalmente recubierto de mica. Cuando entraron el hombre solo atinó a tomar su maletín que tenía apoyado en el suelo a su lado, lo puso sobre el grueso vidrio del escritorio, lo abrió y sacó una infinita cantidad de papeles y una lapicera “parker” en oro macizo, de las de antes… Alfonso se sentó en el sillón principal:
_ Bueno les presento al abogado de la empresa de ahora en adelante ustedes dos se harán cargo absolutamente de todo… Señorita, Señores… voy a pedir unas pizzas y coca colas para comer y tomar algo. (Se levantó y salió de la oficina).
Soledad y El artesano se miraban como entendiendo poco o nada de la situación: ¿qué era toda esta empresa?, ¿por qué ellos dos?... y podían así seguir toda la noche con sus interrogantes.
_ Bueno (dijo el abogado) empecemos por las claves digitales, coloquen el dedo aquí en el lector, primero usted señorita y luego el caballero… (Giró la pc hacia su lado, la encendió y enseguida en el monitor de la pared apareció el ícono de Windows xp cargando… (¿xp? se preguntó el artesano, lo cambiaría por un software mas moderno o tal vez no, ¿debería él tomar esas decisiones?).
El abogado hablaba escasamente, solo lo necesario y en un idioma casi inaudible, solo se le entendía “firmen aquí y aquí”… Ambos leían o trataban de leer hasta que Soledad se animó y dijo: _ ¿Tendremos un sueldo? El abogado levantó prácticamente por primera vez la vista de los papeles y le contestó: _ El dinero en esta empresa no es parte prioritaria, tendrán todo y absolutamente todo lo que necesiten incluyendo instrumentos y municiones… (El Artesano ahora si estaba preocupado, él venía de una familia por demás pacífica y dentro de todo honorable). Pasó el tiempo y Alfonso no regresaba, empezaron los tres a mirarse como sabiendo que todos estaban empezando a preocuparse, El Artesano sacó su celular y el abogado le hizo una seña negativa y levantó su lapicera señalando primero el cielorraso de mica y luego girándola en pequeños círculos apuntando a las paredes, “hormigón, aquí estamos totalmente aislados del mundo conocido”.
_ Bueno algo le ha pasado, subamos a buscarlo. (Soledad enseguida acercó su bolso verde militar a su pierna derecha).
_ Subamos (dijo el abogado).
Y los tres volvieron por el ascensor utilizando las contraseñas nuevas de Soledad y El Artesano. Ya no quedaba nadie en la clínica solo dos personas fuertemente armadas que iban y venían desde la entrada hasta la puerta del quirófano. El abogado les hizo una seña y ambos afirmaron con un movimiento de sus cabezas, se adelantó uno de los dos y los llevó a todos hacia la puerta.
_ Pídanos unas pizzas y coca colas para nosotros dos, vamos a quedarnos un rato mas aquí. (El artesano empezaba a comprender que el Sr Alfonso ya no vendría).
El abogado extendió su mano y le entregó las llaves de la Luv. “Vamos” le dijo a Soledad… Y ambos volvieron a bajar a la oficina, entraron, El Artesano encendió la pc y enseguida apareció un cuadro de diálogo que le pedía usuario y contraseña (_ Será mas difícil de lo que pensaba). Colocó su nombre, pensó un rato, recordó a Marta y a su marido, pensó en las operaciones que había sido sometido, revivió algunos momentos en la cueva y el ataque del ovni, luego el chico de las estrellas que “descansaba” después de miles de años en una bandeja de acero inoxidable en un “freezer”, miró el techo de mica y escribió “INMORTALIDAD”, enseguida tuvo el acceso necesario y abrió una carpeta que se titulaba “1” (todas las carpetas tenían como nombre solamente números), apareció un video donde estaba Carl Sagan sentado en una gran sala en la Universidad de Cambridge, un mozo vestido de etiqueta le acerca una tarta de manzana y se queda a un lado esperando entonces el científico mostrando la tarta a la cámara dice “si se quiere hacer una tarta de manzana partiendo de cero hay que inventar primero el universo”…