miércoles, 26 de diciembre de 2012

El Artesano - cuento o novela - capítulo 13


Soledad y El Artesano poco a poco se fueron haciendo cargo del hospitalito de Alta Gracia, revisaron todo y absolutamente todo, desde cada video, cada clave de acceso, cada bien que poseía la empresa como cada persona contratada en los distintos lugares del mundo y su tarea asignada, dedicaron gran parte del tiempo a mejorar el equipo médico para la atención primaria de la gente de la zona, la instrumentación, los equipos del laboratorio y el software tan necesario como también la seguridad formando un grupo de elite altamente entrenado, todos bajo un juramento secreto de defender los bienes y las personas que formaban parte de un proyecto nacido hacía mas de 70 años atrás en la Alemania nazi así sea a costa de perder su propia vida... todo a cambio de un extraordinario sueldo y la promesa cierta de la inmortalidad para lo cual a cada uno se le habían extraido células las cuales eran congeladas, controladas y mantenidas bajo nitrógeno líquido. El grupo lo conformaban 21 personas que actuaban siempre en subgrupos de 3 o de 6 según la tarea asignada que casi siempre era de vigilancia o directamente como guardaespaldas. Alfonso poco a poco fue empeorando, se lo notaba delgado, el cáncer de pancreas se había extendido en su cuerpo y finalmente una tarde murió rodeado solamente por 3 personas. Marta salió de la habitación y les comunicó a las nenas el fallecimiento de "tío Alfonso", las tres lloraron su pérdida y Soledad también salió de la habitación para consolarlas, Alfonso les había dado todo el cariño posible y su máxima atención, siempre se había hecho de tiempo para jugar con ellas como para educarlas muy a pesar que arrastraba desde hacía varios años tan penosa enfermedad. El Artesano hizo un par de llamadas desde su celular y enseguida llegó una ambulancia privada para trasladar los restos de Alfonso hasta Alta Gracia. En el hospitalito estaba todo listo, un equipo de cirujanos se preparaba para recuperar el nanorobot con todos los datos cerebrales de Alfonso. El Artesano entró a la salita sanitaria, se desvistió, se higienizó con un fuerte desinfectante color rojo y se colocó el pantalón y la bata verdes, polainas, guantes y barbijo, la lupa y la luz en un aro sobre su frente... El resto fue solo una operación de rutina: obtener la información de 500 billones de conexiones sinápticas. En otro lugar, en la ciudad capital de Córdoba se procedía a la clonación celular. Se firmó el acta de defunción y se procedió a un discreto velatorio. El Artesano volvió a la estancia Deutsche Welle donde hacía tiempo se habían mudado con Soledad, se sirvió una ginebra y le puso dos hielos, agitó el vaso ancho en círculos para ver las ondas, fue hasta el piano he intentó tocar "yesterday" pero no recordaba bien las notas y apareció un leve temblor en sus dedos, había pasado demasiado tiempo... sus manos eran delicadas pero de artesano o de cirujano, la música y el alcohol no habían sido hechos para él, Marta apoyó sus senos contra su espalda y pasando los brazos por ancima de sus hombros tocó la melodía de los Beatles un poco mas lenta y mas suave y casi sin una diferencia de tiempos pasó a "Let it be" y comenzó a tararearla en su oído.
_ Hay algo que tu no sabes.
_ ¿Qué cosa?.
_ Que la inmortalidad es imperfecta.
_ Umm... puedo leerte la mente, se lo que piensas y lo que sientes.
_ Lo se, por ese y muchos otros motivos estás aquí (Marta dejó de tocar el piano y enseguida empezó a hacerle masajes en los hombros). La clonación es imperfecta, produce una vejez prematura, se traspasa un cansancio genético.
_ Lo vas a solucionar, tu eres Dios.
(Alfonso un año mas tarde sería 8 años menor que su propia hija y sus dos nietas)

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