domingo, 29 de junio de 2014

La vieja olivetti - algo mas de gatoconbotas

La vieja olivetti


No se por qué,
nunca lo se.
Estas allí desde siempre
oculta entre mis papeles
y no me dices nada,
nunca me hablas
o mejor dicho casi siempre callas.
Cajas, cajas y mas cajas, archivos y callas,
así debe ser la vida del poeta,
del obrero o del cineasta...
o simplemente el silencio masticado
de un viejo cartonero.
Fui feliz,
si alguna vez lo fui,
lo soy cuando me sirvo vino
y cuando florecen mis claveles blancos,
debí teñirlos de rojo y no rubios como aquellos zapatos tuyos
rojos, Rojos, demasiado.
Es la inteligencia la que se repite en mis errores,
toda la información detallada letra por letra en mi alma.
¿Tú tienes alma?,
¿Qué dice ella que yace quieta, muda, casi suicidada?
Nada,
puedo deletrear tus labios
y mi nombre se traba entre tus dientes,
cada palanca lo dicta,
resuena, tap, tac, tac
y no hay caso,
entre dientes se traba.
El amor debió venir en un sobre cerrado,
sellado,
sin destino
y yo encontré esa misiva entre mis cosas.
Tuve una idea,
te imaginé conmigo mirándonos a los ojos,
tu bajabas la mirada
y yo soñaba con ese reloj viejo y amarillo de los trenes,
un cuarto casi siniestro
y tu cuerpo desnudo
deseando que la hoja se llene de palabras bonitas
y de sexo afortunado,
tu amor es así de rozagante,
mi amor es mas profundo y secreto
clavado en la tierra como una estaca
que sin embargo te ata, te quiere, te juzga, te bifurca
y un día se detiene
frente a ti
en la obra terminada.
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viernes, 20 de junio de 2014

A la misma hora - una poesía de gatoconbotas

Una noche mas como cualquiera
fluyen las ondas no reconocidas,
sobre_espejo, tiemblas de frío.
Es la hora,
siempre es la misma...
Reconocida o no te siento cerca,
tierna para mis ojos e inaudible para mis oídos.
Son ellos los que me engañan:
mis pobres sentidos,
el gusto amargo en la boca,
el olor de una palabra nueva nunca dicha:
tiempo y letras que se enhebran como cuencas de naftalinas.
¿Cuantas veces empieza la desdicha de una noche sin caricias?
Parpadea el fuego alto en el cielo
festejando la calidez de los enamorados que aún juegan a atrapar la luna...
Suerte de aquellos que te poseen entre tantos papeles.
A mi solo me pasan cosas razonables
como si fuese una botella sin mensajes,
lejos del mar y sin secretos
sola sobre la mesa vacía.
A esa misma hora el gato me mira quieto
con esa pose acartonada de los percheros
que con sus paragüas colgando
le dicen no a la lluvia que tanto amamos.
y allí, por debajo, casi subconscientes
un par de zapatos rojos inmóviles caminan
a la velocidad de los latidos.
A la misma hora,
cuando se apaga la sombra del mismísimo candelabro,
la noche se marcha despacio, tranquila,
el amor se pierde entre esos humos y olores ocres,
al borde, sincronizada,
doy vuelta la hoja
y comienza la otra realidad
de la vida misma.


jueves, 12 de junio de 2014

Cuando el mar me habla (una poesía de gatoconbotas)


A veces el mar me llama
y me dice cosas vanas,
me pregunta de mi vida
de mis sueños y esperanzas
¿y yo que puedo decirle?
si solo vivo de su agua…
es como si yo le dijera al sol
“¿porqué brillas, porque callas?”
Y así pasan los días,
las tardes aburridas
y llega la noche…la madrugada,
como me gusta asomarme
al cielo oscuro
adornado con guirnaldas,
es como mirarte a los ojos
y abrazar tu mirada,
puedo imaginar tu cuerpo
entre las formas azuladas,
y yo que necesito tu voz
es en ese momento
cuando me inunda la calma,
cuanto silencio
tanto que uno puede escuchar
sobre una roca al mar que habla,
a veces me pregunto:
¿tanta inmensidad y no se cansa?
Yo no, yo soy distinto,
soy poca cosa
y me conformo con nada,
a veces,
y tengo que reconocerlo,
a veces te extraño
y desearía ser libre de amarte,
libre como este mar,
esta noche, estas nubes
y estas guirnaldas
que brillan…parpadean
sin que nadie les pregunte nada,
yo me siento como estas rocas
silentes, al mar atadas,
y te espero,
veo pasar barcas y te espero,
espero ver caer la red de tus sueños
que me liberen de tanta calma.

miércoles, 11 de junio de 2014

Yo no estuve - un experimento de gatoconbotas




Será este nuevo otoño o será tal vez la poca gente por las calles, serán los árboles ralos y las alfombras ocres de hojas ya muertas o los colores sodios de las lámparas titilantes como estrellas viejas. Hasta puedo predecir el olor a humedad fría, privilegio del encierro, el encender un hogar y quemar los últimos recuerdos: su voz. Aquella noche en la soledad acostumbrada el licor sabía rancio, ¿acaso hay peor tristeza que la de acostumbrarse a no tenerla?. Nunca la tuve y siempre la tuve, el universo inmenso, el mar en sus ojos, el sabor de la melodía que la trae de repente, el tiempo muerto entre cuatro paredes y su cuerpo flotando, sus cuatro alas, su boca dulce como una frutilla, rozagante, su cabello color chocolate y su piel blanca como la nieve de un lugar tan lejano, tan ido, como la hoja de papel allá perdida en el horizonte de mis letras.


No nací tuyo, nací de otro.
No soy nada ni nadie
solo soy una simple expresión del destino.
Soy una sucesión de letras diminutas,
como hormigas encolumnadas
con un mensaje grande:
Amo lo que eres - deseo lo que no tengo.
Me pregunto a veces
¿vale la pena tanto sacrifico?
Llorar a lágrima seca,
por dentro.
Soñar después de un sonido,
descubrir que estuviste cerca,
que te he llegado
y que sin embargo
yo no estuve.