sábado, 5 de octubre de 2019

Crearte


“He tejido un capullo
solo para encerrarte.
No temas, el capullo
es solo un capullo
de algodón y néctar
y siempre podrás liberarte,
tal vez cuando crezcas
o tal vez mucho antes”

Debes conocer que
desde mi voz hasta mis letras
son simplemente espirales,
agujas de seda que tejen
la sinestesia del arte.
No, no, no me recuerdes,
yo no quise crearte,
solo soñé aquellas situaciones
entre grises y verdes:
tragedia de septiembre
dolor de primavera y catarsis.
Siento, lo siento, sientes...
Despacio, la música se me hace carne,
surge el brillo del iris
color ombligo redondo y suave.
Uvas…Nadie elige nacer
rodeado del antes,
nadie elige nacer después
y sin embargo nacen y naces
de este presente que se fue
siempre impregnada de amor y de fe
redonda de luz entre los árboles:
tiempo del sol que nos llega
y se va en la voz del Dios de la tarde.
Cariño, debo confesarte
que te vuelves deseo
ese deseo a licor de luna nueva
de cuerpo virtuoso perfecto
y cabellos de chocolate,
sabes, sabes…simplemente sabes
que muchas veces he muerto
al viento en tu oído al nombrarte
y tu nombre me sabe a uvas frescas,
tus jóvenes ojos bellos y quietos
en el silencio de los colores,
en el silencio del otro,
marchan mis miradas violetas,
en la paleta no hay odios,
no hay besos, no hay rostros ni nadies,
el corazón es blanco y puro papel
entonces un girasol adornará tu verso
y tu cuerpo será celeste
por sobre mi recuerdo de fondo ocre
crearte.

jueves, 9 de mayo de 2019

Garabatos de nuestro tiempo exacto



Ha llegado la hora del tiempo exacto,
la luz incandescente y las sombras te delatan
mientras el frío otoño avanza por las grietas
de la ausencia disimulada.
Sospecho que estás sola
en un lugar por alguna causa
y que una de esas causas se transforma
en mi pequeña esperanza.
Creo que a escondidas recitas mi nombre
asomada a la ventana
aquella la que mira al mar,
sugerente de espuma y blanca playa.
Sueño con tenerte
algún día, alguna mañana...
Jugando a la sorpresa de la vida
encontrarnos casualmente
para hablar de lo que nos pasa.
Horas y horas en otro tiempo,
tal vez el que viene, 
infinito, 
y despertar juntos como si nada...
Tus ojos negros y tu piel,
tu cabello de chocolate, tu aroma,
tu cuerpo sobre la cama.
El ruido de un tren y la magia,
Tal vez debí cuidarte
como se cuida el alma,
tal vez fui cruel
al no ser ese a quien esperabas,
tal vez, tal vez, 
tal vez debiera desaparecer
como las estrellas en esta noche nublada.
Triste este saber
que la mezquindad del reloj
el tiempo exacto nos marca.
Tu tan joven y yo imaginando que pasas,
mi corazón me dicta lo que se
y mis manos se niegan a hacer
el garabato que mi boca calla.
Sin embargo hoy escribo
de aquel pasado que se fue
de aquella mujer que nunca dije
que yo tanto amé.