Endemoniado grito
de su interior solitario,
el hombre lo ha visto:
egoísmo temerario.
No hay Dios ni anticristo
solo este presente diario
de un amor escondido
del que se siente presidiario.
Cada noche un nuevo rito
las estrellas su rosario,
amanece sin fe ni signos
bajo la lluvia de sus párpados.
Descenderá por el río
como un corsario,
será corazón herido
de su interior solitario,
el hombre lo ha visto:
egoísmo temerario.
No hay Dios ni anticristo
solo este presente diario
de un amor escondido
del que se siente presidiario.
Cada noche un nuevo rito
las estrellas su rosario,
amanece sin fe ni signos
bajo la lluvia de sus párpados.
Descenderá por el río
como un corsario,
será corazón herido
y el destino su emisario,
mil versos sumergidos
en su cuerpo imaginario,
besos que han partido
de sus sueños y de sus labios…
mil versos sumergidos
en su cuerpo imaginario,
besos que han partido
de sus sueños y de sus labios…
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