miércoles, 20 de abril de 2011

Sin perdón y sin pecado - La bestia (revelaciones)

"Sin perdón y sin pecado"
Subo una vez más a la ausencia,
esa angustia del hombre en su consciencia:
el tiempo y los misterios de la vida,
como siempre la retórica me obliga.
Existen reglas,
infinitas reglas
que me acercan y me alejan
desde alfa a omega
y viceversa
y hacen de mi vida un discurso innecesario.
Así, casi sin argumentos,
sin sentido
como un pacto con la nada,
sin memoria,
entonces qué necesidad de la inventio
para llamar la atención
de alguien que adore
la inscripción sobre la piedra
un corazón y dos letras
y allí su cuerpo,
entre la muchedumbre su cuerpo
y su voz,
su boca,
sus ojos
y sus metafóricas piernas
y la y griega se presenta
como símbolo del deseo
sacrificio y esperanza,
retoños de mi amor que afloran,
me encuentran
sin perdón y sin pecado
y se hacen polvo en el camino”

"la bestia"
Ha sido suficiente el legado
porque fui elegido
para ver mucho mas allá de los cristales,
celeste cielo
y más allá la oscuridad del alma
absoluta:
vórtices,
glóbulos espaciales,
el universo pleno,
y aquí sobre el Edén
las tormentas se atañen
al infierno,
los colores ya no serán colores,
no los reconoceremos
porque como una nave
que vuela recostada sobre el tiempo
acorazado torbellino,
una masacre
entre mar y tierra:
horizonte/misterio.
Revelación,
la bestia despierta
y viene por sus siete sellos,
y esta vez les tocará a los pecadores,
no aquellos simples ladrones
ni a los que algún acto impuro cometieron,
no a los que con ambición
la mala religión profesan
ni de los que de ella se quejan,
ni reconocidos ni ignorados,
ni reyes ni cleros,
ni ateos ni reos,
ni aquellos que comen de la basura,
ni siquiera los ricos
que con el hombre no cumplieron.
El pesar solamente
caerá sobre el imperio
y dejará hambre
y millones de inocentes
simplemente muertos.
Entonces todos empezarán a preocuparse,
desde ahora,
todos pensarán en una fecha,
un lugar,
una determinada hora
y nadie sabrá nada,
se reunirán en cada calle,
tomarán medidas,
extremas medidas,
algunos buscarán en el cielo
otros una respuesta en los rezos,
una respuesta…
sin tener ni la menor idea
que la luz no solo nos ilumina
sino que también nos desintegra.
Se elevará por cierto
la nueva torre de babel
y todos seguirán tan confundidos
como aquella otrora,
la ciudad elegida,
la capital inocente del oeste,
allí se concentrará el odio,
el miedo y la desolación,
como un viento fuerte
crecerá hacia el este
con toda la codicia
y morirá en el mar
con la calma silenciosa
del último aliento.
Ni un avión podrá partir,
ni un solo misil,
ni suspiro,
todo el imperio quedará desierto.
Hacia el norte y hacia el sur
habrá más de cien millones de muertos,
como nunca,
el aire será purulento,
la atmósfera enrarecida
les llegará a todos,
a cada rincón,
se escapará de los cielos
y será un mensaje para el mensajero
aquel que resucitó de entre los muertos
y dirá:
será necesario reconocerlos.
Y será arduo reconocernos en ellos
ya que será muy difícil reordenar las fronteras,
no habrá tiempo para llorar ni para festejar
el impacto será certero
como si una mente superior o consciencia:
Dios,
(o los Dioses vivos)
quien eligiera/n
el lugar exacto,
la hora exacta,
el momento exacto,
y sin embargo
solo será una cuestión matemática,
todo está allí,
a la espera,
un simple click
geométrico
y la suerte será echada:
un nuevo tiempo
(sin perdón y sin pecado)
el sexto.

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