Ha caído el día
triste de mis párpados,
se ha hecho sombra
la vida mía
en la noche negra
una letra
blanca de alabastro.
Brillan mis manos vacías,
de estirpe se viste
mi corazón de piedra
con las mejores galas.
Y sin una sola emoción
se conforman mis ojos
con verte distante.
Ha sido simple
llover sin colores
hoy los pájaros
fueron guardando
sus vuelos y sus trazos.
Ya nadie dice,
ya nada late,
solo una voz casi muda
se encoje de hombros
hasta caer
sigilosa
sin ni siquiera poder
hablarte.
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