Tenía cierta esperanza, estaba ya acostumbrado a despertar en mitad de algún sueño sin siquiera recordar la parte fundamental del mismo, solo fogonazos, una cara, ojos, persecuciones, un lugar… luego con el tiempo, alguna otra noche larga y el sueño volvía casi intacto o continuaba desde donde lo había dejado algunas noches anteriores. Decidí ir a tomar un buen café, cargado, me hacía daño pero no había nada que deseara tanto en ese momento, quería olvidar y olvidar pero esa recurrencia mía tan natural me hacía pensar y pensar.
Llegué al coche comedor, me senté en el lugar de siempre, mi esquina favorita, me preguntaba ¿qué hubiese hecho si “mi mesa” estaba ocupada? Pero nunca estaba ocupada. Miré un poco por encima a la concurrencia, estaban ellas, mujeres… OR, JR, ML, AM, M, NV… podría enumerarlas o debiera tal vez y de una vez por todas reconocerlas por sus nombres y no por mis emociones, el amor es siempre de a dos y ellas eran seres sensibles como yo a pesar de sus siempre máscaras, entonces empecé a mirarlas a los ojos, negros, celestes, marrones…¿ellas me mirarían a los ojos alguna vez? así hubieran descubierto mis mas íntimas pasiones, los ojos son y serán el reflejo del alma, y yo me dejaba llevar al alma de cada una de ellas, amaba esos ojos, amaba cada parpadeo, amaba el pequeño desplazamiento del aire, sus pestañas, sus párpados apretados, sus maquillajes, sus máscaras…
Si yo te leyera más seguido
o si te hiciera el amor una vez cada tres días
seguramente podría desconocerte un poco menos
de lo que desconozco a muchos, a tantos y a ninguno.
Podría yo tenerte en una oración yuxtapuesta
o en una cama llena de palabras sin sentido.
Lo bueno del esperma es que fluye sin mentiras
y lo malo de tantas mujeres por no decir toda una jauría
es que se enamoran mucho más de la lapicera
que del dueño de tan sublime escritura.
A veces recorrer las hojas de una sola vista
volando apenas los renglones, por encima
o aún mucho más arriba,
nos permite no elegir y dejar volar las personalidades
que de otra forma jamás saldrían a la calle sin sus máscaras,
entonces tu dirías alguna sonsera y yo alegre me reiría,
reiría a carcajadas de tan preciadas buenas intenciones,
desearía tus pechos desnudos, erectos de tantas felonías,
o lloraría desconsoladamente ante la pérdida
de una razón concreta al darme cuenta
que la distancia entre letras es inesperadamente un abismo
y la incoherencia de tantos amores inconexos no supera siquiera
una realidad en la memoria,
ni el recuerdo de ese tan preciado virtual anhelo.
Llamé al mozo le pedí un café bien cargado y le ofrecí 500 pesos para obtener el salón multimedia para esta noche en solitario, había otro detalle por “arreglar” también deseaba cocinar yo mismo, algunas costillas…lo que sea siempre y cuando sea carne asada aunque yo cocinaba cualquier cosa que me pidieran, mi especialidad era el lomo de atún al horno, a la criolla, con salsa de roquefort, umm ya podía sentir el gusto del queso picante en mi paladar.
Y así fue arreglado, “por la plata baila el mono”, yo deseaba tener dinero y viajar, conocer nuevos lugares, ojos nuevos, sensaciones nuevas, tener el alma inquieta…Entonces ella se levantó y vino a mi, sus ojos celestes eran inconfundibles y su voz era lo único que yo conocía, me dijo “yo soy esta, la que ves aquí y ahora”. No era el momento adecuado, ni siquiera el lugar adecuado, había pasado demasiado tiempo y muchos errores, de esos que dejan huellas: muchas soledades tapadas con mentiras, pero en realidad me dije “aquí todos mienten” o “mentimos” ¿sería la palabra correcta?
Pasó un café y otro y me fui a la cocina a preparar mi cena para esta noche en soledad o no. Decidí que fuera una carne y papas al horno, alguna salsita mixta con champignones y ensalada amarga…y así fue.
El coche multimedia estaba otra vez en penumbras, las luces bajas de los laterales, las sombras alargadas, al final más iluminadas la mesita con las dos sillas inglesas, la comida lista, una bandeja con un cuadril entero al horno y papas a su alrededor quedaban totalmente desubicados en la fabulosa decoración pero le daban un aroma exquisito junto a una música suave que parecía no terminar nunca. Dos platos, dos copas…me dije “una mesa, dos cafés y las sábanas puestas”.
Me senté, corté rodajas de carne y viendo apenas rojizo en el centro supe que la carne estaba cocinada en su punto justo. Una buena copa de cabernet sauvignon, con hielo, puro…frappé? Jaja si frappé. Me dije “solo como loco malo” y me dispuse a disfrutar de la comida.
no llueve
y ni siquiera imagino el abismo,
debiera llover y mojar al alma descubierta
pero no,
aún falta mucho para el tiempo que viene,
debiera yo recordarla triste,
por algo se empieza,
su boca, su lengua,
su piel desnuda,
su tristeza,
¿será realmente necesario quererla?
¿quién eres?
las preguntas conviven,
los fantasmas se asustan
y se esconden y se acuestan
y yo casi la necesito como el agua,
como el viento y la tierra.
Es dulce soñarla,
recorrerla sigilosamente como un secreto
ella lo sabe y nadie lo sabe,
ni siquiera yo lo se
entonces la espero hasta que venga
y la lluvia quiera.
Lo vi aparecer de la oscuridad, el periodista parecía ya perseguirme.
_ ¿puedo sentarme con usted?
_ como no, si gusta?. (Le ofrecí un buen trozo de carne del centro de la pieza).
_ Se ve espléndido.
_ Carne argentina, de la mejor, la que antes se iba a Inglaterra.
_ jaja las Malvinas son argentinas sino los ingleses deberán seguir comiendo aves de corral jajaja
_ jajaja si esa estuvo buena mi querido amigo…
_ es raro verlo solo a usted.
_ si no hubiese estado solo usted no hubiese aparecido.
_ Exactamente.
_ ¿Qué necesita?
_ Nada en especial, solo controlo que todo esté en orden.
_ Ah usted pone las pautas?, usted es el censor?
_ Usted me contrató…
_ Y aparentemente elegí bien, hace usted muy bien su trabajo.
_ Usted no tiene porque reprimirse, deje que los otros se repriman, ¿o quiere solucionarle la vida a toda la gente?.
_ Yo quisiera…
_ Hacerle el amor…todos los hombres lo desean. Y después qué?
_ Después nada, el futuro está abajo cuando llueva.
_ Está anunciado tormenta, hay alerta anaranjada.
_ Por el calor…
_ Con este calor lloverá seguramente. Gracias por la cena… y por el vino, excelente vino.
_ Gracias por su compañía amigo, trataré de odiarlo un poco menos.
_ jajaja ódieme, nunca deje de odiarme, así se sentirá vivo.
Salió del coche como entró y se perdió entre las sombras.
_Sr todo en orden? Levanto la mesa?
_ Si, si, todo en orden. (Me levanté y dejé una buena propina).
El coche cama era excepcional, tenía una cucheta un poco mas ancha de lo normal, una mesita, un sillón de dos cuerpos y una puertita que daba a un baño privado. Me di una buena ducha y me dispuse a dormir. Al lado de la cama había un pequeño control con botoncitos apenas iluminados, pulsé el segundo y la persianita americana desapareció lentamente con un zumbido apenas perceptible, la luna estaba semioculta por nubes y los pocos rayos de luz blanca atravesaban sutilmente el vidrio irrompible, otro botoncito y el aire acondicionado aclimataba a gusto unos 21ª, otro y las luces bajaban su luminosidad a casi cero.
La puerta se abrió lentamente, vi su cuerpo deslizarse en la oscuridad hasta mi lado, sus manos fueron hasta sus hombros y con un suave movimiento retiraron los breteles del vestido que cayó indefectiblemente al suelo, no llevaba ropa interior alguna, me incorporé algo confundido:
_ No entramos en la cucheta, mejor será en el sillón…
Su piel era tan suave y su casi inexperiencia exquisita la hacían vulnerable, me encantaba esta vulnerabilidad y pude saberla también ardiente.
Cuando los ojos se cierran
y los labios ya no dicen nada
los recuerdos me inundan
en el adiós de esta noche callada.
Mi sueño todo lo dice
y mi sueño todo lo calla,
será el viento que sopla tu nombre
o será tu sombra mi nube fantasma.
Tarde es para las hojas verdes
el invierno nos hizo distancia
mi verso será triste beso perenne
en el bosque de tu verde alma.
Vuelve, el amor siempre vuelve
y sin embargo la noche callada se marcha
será mar silente mi amor que vuelve
será rocío en mi rostro las lágrimas.
y los labios ya no dicen nada
los recuerdos me inundan
en el adiós de esta noche callada.
Mi sueño todo lo dice
y mi sueño todo lo calla,
será el viento que sopla tu nombre
o será tu sombra mi nube fantasma.
Tarde es para las hojas verdes
el invierno nos hizo distancia
mi verso será triste beso perenne
en el bosque de tu verde alma.
Vuelve, el amor siempre vuelve
y sin embargo la noche callada se marcha
será mar silente mi amor que vuelve
será rocío en mi rostro las lágrimas.
Pude saborear a la vera de sus uvas, afuera comenzaba a lloviznar…
continuará
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