Anochecer azul y escarlata
oigo tus pasos
y vienes...
ya no me engañen
“lilas y rojos,
marrones y naranjas
si sois valientes
insectos sobre la tela
tomáis vuestros sacos de sueños
y ponedlos aquí
cerca del fuego
cobijados de tiempo
al calor del olvido
a buen resguardo
en mi memoria
en mi memoria
en mi muda garganta:
silencio…silencio
Ah! mi buena memoria
infatigable
mis ojos os habéis buscado
tanto y tanto
que han revuelto todo
solo sabores con la mirada
y han revelado la sal del pacífico
y la gloria del atlántico
en una dulce y delicada cara…”
Océanos y cielo:
¿que otra necesidad?
¿no os alcanza?
Seguramente habréis sido piratas,
si piratas,
los corsos han robado su corazón
y ya nada ni nadie los alcanzan.
Os ruego Señor de la noche
dadme la voz, dadme una palabra,
dadme esa gracia,
¿acaso no veis que las sombras
se yerguen y avanzan y avanzan?
Allá está la oscuridad infinita
en el blanco infinito de la nada,
allá está el vacío, allá está el marco
golfo que encierra tanta esperanza
y aquí están las pequeñas cosas,
rosas rojas,
sábanas celestes y jerez:
el amor,
su cuerpo terso de crayòn,
puerta a la humedad de su sexo,
su pelvis, su forma, su aroma,
sus senos, su piel y su ombligo
y bendita sus piernas tan suaves
y frescas que la llevan
y benditas sean todas
estas pequeñas cosas que la traen
y bendito todos los momentos
y todas las mujeres
con sus ojos de fuego
y sus negras bragas,
benditas sean todas ellas
y benditos todos mis versos
y todas mis plegarias…
Ahora lo comprendo,
lo comprendo todo
he sido con el destino sincero
he esperado esta noche
para volverme tan ciego
de toda la historia
sumergida en tantos recuerdos
y por fin saber que
si solo esta noche
me dijera
“te quiero”
Os aseguro,
os doy mi palabra
que será esta y solo esta
la última noche
en que yo la nombre.
Dedicado a la mujer que se pero aún no conozco
categoría: amor
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