por los caminos de mil ciudades
para encontrar la palabra que te abarque.
Eres en mi tan imaginable
que invariablemente la palabra siempre vuelve.
Una y otra vez llegas suave a mis papeles.
¿Quien eres mujer?, ¿un tal vez?, ¿un siempre?...
Aquella niña que soñaba con ángeles
de boca roja y cabellos chocolate,
ahora vuelven tus fotos, tu voz lejana resonante,
tu verso subiendo renglones, tus ojos cafés, poses,
un todo lleno de colores y nadies,
tu rostro solo reconocible si lo tocase,
tu piel suave entre estas paredes casi cárceles,
tu palabra mucho mas allá de la luz tenue.
No, no puedo tocarte con mis letras,
no puedo caminar a tu lado y sonreirte,
no puedo regalarte una flor
y el suspiro se pierde en la distancia.
Por mas que lo escriba una y mil veces
tu siempre te escapas por detrás del horizonte.
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