Tu eres esa foto
una cara,
un rostro que mira desde lejos otra cosa,
una niña dulce y tierna
que no sabe lo que quiere
o sabe bien a quien ama.
Tu eres impredecible,
de pie, de perfil o simplemente acostada
tu eres una roja boca
de mentón afilado
cuerpo impresente
y mente filosa.
Te miro y pienso que tus ojos cobran vida,
que hay un deseo detrás de tus pupilas,
que sabes que te amo.
Toco el cristal como acariciando el pasado,
como si alguna vez supimos que existía algo,
una voz, un simple ruido, un suspiro o una noche.
Tu sigues allí, inmóvil,
sin siquiera escudriñar el alma,
rodeada de luces y sombras
y a la espera
del amanecer de mis palabras.
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