sábado, 25 de mayo de 2013

Ser


Ser
Hubo un tiempo en el que pensábamos uno en el otro
y el otro en uno poco a poco, un poco cuerdos, un poco locos
y nos amábamos casi sin cuerpos y casi sin rostros.
Un día decidiste por los dos y dijiste de morir así, sin vernos.
¿No se donde van los cuerpos cuando desaparecen sin ser?
¿Qué canción los acompañan hasta el cielo que jamás reconocieron?
Cien pasos a cada paso nos llevaron hasta aquí
un camino sin respuestas, sin siquiera un par de ojos tristes,
sin un dolor ni un viento agitando los corazones sin aplausos,
sin conmociones ni emociones, sin veredas de amantes secretos ni fin.
Una lágrima retenida y un adiós sigiloso entre dientes...
Morderé cada momento en el que te desconocí,
sufriré el resto de esta vida desigual pensando en un nombre nunca dicho,
en la voz distorcionada por la distancia, una mesa, dos cafés
y una lluvia que jamás existió...
Mírame desde tan lejos, yo estoy aún allí en la irrealidad del cada día,
detrás de todas tus paredes, en el umbral de cada boca que te llama,
detrás de cada par de ojos parpadeando en tu nublada soledad,
detrás de tu espejo, sobre tu propio rostro irreverente
esperándote volverte a ver para que seas.

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