que hasta uno mismo se piensa muerto
una muerte chiquita
como la de ciertos insectos.
Ha llegado ese alguien
que te lo quita todo:
tierra suelo, aire cielo
y hasta la sonrisa del sueño nuevo.
Renovados señores,
irracionales,
redentores del desierto nuestro.
Dueños,
se han llevado las vocales,
operadores consonantes a corazón abierto,
sin lluvia ni trenes
SOLOS
en las estaciones del miedo a perdernos,
y entre tantos carteles
dejamos escrito
"todo se nos fue muriendo..."
Una muerte chiquita
que dura ya demasiado tiempo
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