martes, 28 de febrero de 2012

2 de abril




LAS MALVINAS SON ARGENTINAS
UNA Y MIL VECES VOLVEREMOS

lunes, 20 de febrero de 2012

Extraños en un tren - cuento - octava y última entrega. - gatoconbotas





Abrí los ojos, la busqué… aún ella dormía contra el panel lateral de la cucheta, me levanté despacio, me dolían todos los huesos, su cuerpo era perfecto, llovía con intensidad y las gotas se unían y se hacían riachos que corrían por el vidrio, detrás el gris, la humedad, el campo y la soja que resistía y no pretendía acostarse sobre la tierra, el trigo hubiera sucumbido… La abrigué, no quise despertarla, me cambié en silencio, tenía hambre, sed y deseos de no separarme jamás de tan bello ser humano y suponía que ella hubiese preferido que la despertara con caricias y un desayuno en la cama que seguramente hubiera quedado olvidado a un costado en su mesita con ruedas, pero había condiciones y yo las conocía a la perfección. Pulse el segundo botón y la persiana volvió a ocupar su lugar, el privado quedó parcialmente a oscuras, fui al baño y me di una ducha rápida y fría, me aseguré que durmiese profundamente y salí del coche cama.
Mi mesa estaba ocupada, el periodista estaba cómodamente sentado y leía confortablemente el diario.
_ Buenos días.
_ Muy buenos días compañero.
_ ¿Puedo sentarme en mi mesa?
_ Por supuesto.
_ ¿Compañero?, ¿qué está usted buscando?
_ Bueno usted sabe que hay normas.
_ Si las conozco a todas.
_ Enamorarse no es una buena elección.
_ Ummm seguramente que no.
_ Seguramente.
_ Se pueden hacer correcciones.
_ Si seguramente habrá correcciones.
_ Es demasiado hermosa.
_ Hay miles y miles de rosas rojas en la tierra, todas idénticas.
_ También hay corderos que se las comen.
_ También existen otras flores.
_ Pero seguramente no tendrán esas dos piernas de ella.
_ El arte es desarrollar los sentimientos más íntimos y profundos del alma… seguramente uno quiere retener para siempre esos sentimientos aflorados.
_ No dejaré que se marche.
_ Usted sabe que la felicidad está en la suma de las pequeñas felicidades, pequeños logros, realidades, realizaciones…
_ Ya deje de leerme la mente…
_ Usted lo sabe bien, la libertad es el principio del amor.
_ Lo se, lo se bien pero deje ya de hacerme la cabeza.

Mientras hablaba miraba por la ventanilla, sabía muy bien que el rumbo era una elección natural y la naturaleza jamás se equivocaba. Afuera seguía lloviendo. No quería perderla.

“He tejido un capullo
solo para encerrarte.
No temas, el capullo
es solo un capullo
de algodón y néctar
y siempre podrás liberarte,
tal vez cuando crezcas
o tal vez mucho antes”

Debes conocer que
desde mi voz hasta mis letras
son simplemente espirales,
agujas de seda que tejen
la sinestesia del arte.
No, no, no me recuerdes,
yo no quise crearte,
solo soñé aquellas situaciones
entre grises y verdes:
tragedia de septiembre
dolor de primavera y catarsis.
Siento, lo siento, sientes...
Despacio, la música se me hace carne,
surge el brillo del iris
color ombligo redondo y suave.
Uvas…Nadie elige nacer
rodeado del antes,
nadie elige nacer después
y sin embargo nacen y naces
de este presente que se fue
siempre impregnada de amor y de fe
redonda de luz entre los árboles:
tiempo del sol que nos llega
y se va en la voz del Dios de la tarde.
Cariño, debo confesarte
que te vuelves deseo
ese deseo a licor de luna nueva
de cuerpo virtuoso perfecto
y cabellos de chocolate,
sabes, sabes…simplemente sabes
que muchas veces he muerto
al viento en tu oído al nombrarte
y tu nombre me sabe a uvas frescas,
tus jóvenes ojos bellos y quietos
en el silencio de los colores,
en el silencio del otro,
marchan mis miradas violetas,
en la paleta no hay odios,
no hay besos, no hay rostros ni nadies,
el corazón es blanco y puro papel
entonces un girasol adornará tu verso
y tu cuerpo será celeste
por sobre mi recuerdo de fondo ocre
crearte.

Ella apareció en el coche comedor, nos saludó con voz de apenas despierta, llevaba su bolso de mano, me dio un beso en la frente y me retuvo cuando quise levantarme, siguió en silencio y se dirigió a su mesa en diagonal y al otro extremo del vagón. Ella no tenía iniciales en mi mente pero si muchos números.
Se sentó, extrajo papel y el lápiz plomo y siguió dibujando su último sueño.
Me levanté y fui hasta ella, todos los ojos me seguían o al menos yo sentía que me seguían, los del periodista seguramente que si, no me importaba ya nada, este viaje era un viaje sin retorno, no pensaba volver atrás, no quería mas estaciones repetidas.
Ella dibujaba una estrella, la última estrella, la luz del futuro. El tren lentamente se detuvo hasta que cada coche se sacudió mansamente contra el subsiguiente, miré por la ventanilla una vez más y pude ver a un empleado ferroviario con su capa amarilla pasar hasta la estación de cambios, aún existían esas viejas torres de hierro ángulo y remaches con luces y señales. El tren volvió a marchar y cada vagón tironeó del otro y poco a poco el tren recobró su velocidad habitual. Estábamos en camino.
_ ¿Por qué nos detuvimos?
_ Yo…
_ ¿Por qué?
_ Yo te amo…
_ Dijiste alguna vez que no te enamorarías de mi.
_ No debí enamorarme de ti.
_ Quiero irme de aquí y no quiero irme, yo… te quiero.
_ Ya fijamos un camino mucho antes de conocernos y el tren se dirige a destino, no quiero perderte, no quiero que te marches pero el tiempo no nos espera y el destino es el destino. No quiero...
_ Me importa un carajo el destino.
_ Estamos yendo al tiempo que viene: tu futuro.

Como empezar la vida
de delante hacia atrás
por ejemplo
tomar una hoja
y escribir o leer
una poesía
empezando de abajo
hacia arriba
o como los árabes
o los judíos
de derecha a izquierda
como ser grande
antes que ombligo
o ser copa y luego raíz
salir la noche
para ocultarse el día
soñar y luego
cerrar los ojos
llegar antes de partir
y así ser primero
antes que aquel
al que aspiro
y pisar de esta manera
mis propias huellas
las que dejé en el camino
que aún no ha sido
entonces
y solo entonces
será el beso
y luego tus labios
será tu mirada
y luego tus ojos
será tu piel
y luego tu aroma
será el abrazo tierno
el café por la mañana
antes que la cópula
y antes el gemido
pero lamentablemente
será también mi muerte
antes de haberte 
conocido.

Pasaron horas, estaciones idénticas o solo minutos, el periodista finalmente se levantó y se retiró moviendo su cabeza en señal de desaprobación, ella había roto dibujos y volvía a hacerlos tan idénticos como las estaciones que pasábamos, deseaba encontrarla nuevamente hasta que el tren finalmente se detuvo en una gran estación, ella se levantó, tomó sus cosas, me dio un infinito beso, le regalé la última flor de servilleta de papel…
En el andén había infinidad de personas, ella descendió y me miró por última vez, empezó a caminar lentamente y el tren comenzó a moverse, mientras avanzaba sus colores se iban transformando en grises entonces corrí hacia los vagones posteriores para poder verla, deseaba gritarle que la amaba pero los vidrios irrompibles se habían transformado en una distancia imposible de superar, corrí, pasé puertas guillotinas una tras otra hasta que ella se confundió definitivamente con la gente común, ella era libre, la flor quedó en el andén pisoteada por centenares de personas. Aún llovía en el Distrito Federal de México.

FIN

domingo, 19 de febrero de 2012

Extraños en un tren - cuento - séptima entrega - gatoconbotas





Tenía cierta esperanza, estaba ya acostumbrado a despertar en mitad de algún sueño sin siquiera recordar la parte fundamental del mismo, solo fogonazos, una cara, ojos, persecuciones, un lugar… luego con el tiempo, alguna otra noche larga y el sueño volvía casi intacto o continuaba desde donde lo había dejado algunas noches anteriores. Decidí ir a tomar un buen café, cargado, me hacía daño pero no había nada que deseara tanto en ese momento, quería olvidar y olvidar pero esa recurrencia mía tan natural me hacía pensar y pensar.
Llegué al coche comedor, me senté en el lugar de siempre, mi esquina favorita, me preguntaba ¿qué hubiese hecho si “mi mesa” estaba ocupada? Pero nunca estaba ocupada. Miré un poco por encima a la concurrencia, estaban ellas, mujeres… OR, JR, ML, AM, M, NV… podría enumerarlas o debiera tal vez y de una vez por todas reconocerlas por sus nombres y no por mis emociones, el amor es siempre de a dos y ellas eran seres sensibles como yo a pesar de sus siempre máscaras, entonces empecé a mirarlas a los ojos, negros, celestes, marrones…¿ellas me mirarían a los ojos alguna vez? así hubieran descubierto mis mas íntimas pasiones, los ojos son y serán el reflejo del alma, y yo me dejaba llevar al alma de cada una de ellas, amaba esos ojos, amaba cada parpadeo, amaba el pequeño desplazamiento del aire, sus pestañas, sus párpados apretados, sus maquillajes, sus máscaras…

Si yo te leyera más seguido
o si te hiciera el amor una vez cada tres días
seguramente podría desconocerte un poco menos
de lo que desconozco a muchos, a tantos y a ninguno.
Podría yo tenerte en una oración yuxtapuesta
o en una cama llena de palabras sin sentido.
Lo bueno del esperma es que fluye sin mentiras
y lo malo de tantas mujeres por no decir toda una jauría
es que se enamoran mucho más de la lapicera
que del dueño de tan sublime escritura.
A veces recorrer las hojas de una sola vista
volando apenas los renglones, por encima
o aún mucho más arriba,
nos permite no elegir y dejar volar las personalidades
que de otra forma jamás saldrían a la calle sin sus máscaras,
entonces tu dirías alguna sonsera y yo alegre me reiría,
reiría a carcajadas de tan preciadas buenas intenciones,
desearía tus pechos desnudos, erectos de tantas felonías,
o lloraría desconsoladamente ante la pérdida
de una razón concreta al darme cuenta
que la distancia entre letras es inesperadamente un abismo
y la incoherencia de tantos amores inconexos no supera siquiera
una realidad en la memoria,
ni el recuerdo de ese tan preciado virtual anhelo.

Llamé al mozo le pedí un café bien cargado y le ofrecí 500 pesos para obtener el salón multimedia para esta noche en solitario, había otro detalle por “arreglar” también deseaba cocinar yo mismo, algunas costillas…lo que sea siempre y cuando sea carne asada aunque yo cocinaba cualquier cosa que me pidieran, mi especialidad era el lomo de atún al horno, a la criolla, con salsa de roquefort, umm ya podía sentir el gusto del queso picante en mi paladar.
Y así fue arreglado, “por la plata baila el mono”, yo deseaba tener dinero y viajar, conocer nuevos lugares, ojos nuevos, sensaciones nuevas, tener el alma inquieta…Entonces ella se levantó y vino a mi, sus ojos celestes eran inconfundibles y su voz era lo único que yo conocía, me dijo “yo soy esta, la que ves aquí y ahora”. No era el momento adecuado, ni siquiera el lugar adecuado, había pasado demasiado tiempo y muchos errores, de esos que dejan huellas: muchas soledades tapadas con mentiras, pero en realidad me dije “aquí todos mienten” o “mentimos” ¿sería la palabra correcta?
Pasó un café y otro y me fui a la cocina a preparar mi cena para esta noche en soledad o no. Decidí que fuera una carne y papas al horno, alguna salsita mixta con champignones y ensalada amarga…y así fue.
El coche multimedia estaba otra vez en penumbras, las luces bajas de los laterales, las sombras alargadas, al final más iluminadas la mesita con las dos sillas inglesas, la comida lista, una bandeja con un cuadril entero al horno y papas a su alrededor quedaban totalmente desubicados en la fabulosa decoración pero le daban un aroma exquisito junto a una música suave que parecía no terminar nunca. Dos platos, dos copas…me dije “una mesa, dos cafés y las sábanas puestas”.
Me senté, corté rodajas de carne y viendo apenas rojizo en el centro supe que la carne estaba cocinada en su punto justo. Una buena copa de cabernet sauvignon, con hielo, puro…frappé? Jaja si frappé. Me dije “solo como loco malo” y me dispuse a disfrutar de la comida.

no llueve
y ni siquiera imagino el abismo,
debiera llover y mojar al alma descubierta
pero no,
aún falta mucho para el tiempo que viene,
debiera yo recordarla triste,
por algo se empieza,
su boca, su lengua,
su piel desnuda,
su tristeza,
¿será realmente necesario quererla?
¿quién eres?
las preguntas conviven,
los fantasmas se asustan
y se esconden y se acuestan
y yo casi la necesito como el agua,
como el viento y la tierra.
Es dulce soñarla,
recorrerla sigilosamente como un secreto
ella lo sabe y nadie lo sabe,
ni siquiera yo lo se
entonces la espero hasta que venga
y la lluvia quiera.

Lo vi aparecer de la oscuridad, el periodista parecía ya perseguirme.
_ ¿puedo sentarme con usted?
_ como no, si gusta?. (Le ofrecí un buen trozo de carne del centro de la pieza).
_ Se ve espléndido.
_ Carne argentina, de la mejor, la que antes se iba a Inglaterra.
_ jaja las Malvinas son argentinas sino los ingleses deberán seguir comiendo aves de corral jajaja
_ jajaja si esa estuvo buena mi querido amigo…
_ es raro verlo solo a usted.
_ si no hubiese estado solo usted no hubiese aparecido.
_ Exactamente.
_ ¿Qué necesita?
_ Nada en especial, solo controlo que todo esté en orden.
_ Ah usted pone las pautas?, usted es el censor?
_ Usted me contrató…
_ Y aparentemente elegí bien, hace usted muy bien su trabajo.
_ Usted no tiene porque reprimirse, deje que los otros se repriman, ¿o quiere solucionarle la vida a toda la gente?.
_ Yo quisiera…
_ Hacerle el amor…todos los hombres lo desean. Y después qué?
_ Después nada, el futuro está abajo cuando llueva.
_ Está anunciado tormenta, hay alerta anaranjada.
_ Por el calor…
_ Con este calor lloverá seguramente. Gracias por la cena… y por el vino, excelente vino.
_ Gracias por su compañía amigo, trataré de odiarlo un poco menos.
_ jajaja ódieme, nunca deje de odiarme, así se sentirá vivo.

Salió del coche como entró y se perdió entre las sombras.

_Sr todo en orden? Levanto la mesa?
_ Si, si, todo en orden. (Me levanté y dejé una buena propina).

El coche cama era excepcional, tenía una cucheta un poco mas ancha de lo normal, una mesita, un sillón de dos cuerpos y una puertita que daba a un baño privado. Me di una buena ducha y me dispuse a dormir. Al lado de la cama había un pequeño control con botoncitos apenas iluminados, pulsé el segundo y la persianita americana desapareció lentamente con un zumbido apenas perceptible, la luna estaba semioculta por nubes y los pocos rayos de luz blanca atravesaban sutilmente el vidrio irrompible, otro botoncito y el aire acondicionado aclimataba a gusto unos 21ª, otro y las luces bajaban su luminosidad a casi cero.
La puerta se abrió lentamente, vi su cuerpo deslizarse en la oscuridad hasta mi lado, sus manos fueron hasta sus hombros y con un suave movimiento retiraron los breteles del vestido que cayó indefectiblemente al suelo, no llevaba ropa interior alguna, me incorporé algo confundido:
_ No entramos en la cucheta, mejor será en el sillón…

Su piel era tan suave y su casi inexperiencia exquisita la hacían vulnerable, me encantaba esta vulnerabilidad y pude saberla también ardiente.

Cuando los ojos se cierran
y los labios ya no dicen nada
los recuerdos me inundan
en el adiós de esta noche callada.
Mi sueño todo lo dice 
y mi sueño todo lo calla,
será el viento que sopla tu nombre
o será tu sombra mi nube fantasma.
Tarde es para las hojas verdes
el invierno nos hizo distancia
mi verso será triste beso perenne
en el bosque de tu verde alma.
Vuelve, el amor siempre vuelve
y sin embargo la noche callada se marcha
será mar silente mi amor que vuelve
será rocío en mi rostro las lágrimas.

Pude saborear a la vera de sus uvas, afuera comenzaba a lloviznar…

continuará

sábado, 18 de febrero de 2012

Extraños en un tren - cuento - sexta entrega - gatoconbotas




Extraños en el tren
_Tengo sueño, ¿qué hora es?, con todo esto que pasó perdí el apetito. Voy a recostarme un rato o a tocar el piano, seguramente debe haber un piano en el tren, voy a…
_ Hay un piano, solo hay que llenar un formulario…
_¿Qué tan lejos va este tren?
_Nadie lo sabe.
_Tú lo sabes.
_Lo imagino…tú no me amas.
_Te quiero hasta que la muerte nos separe…
_jaaa, esa estuvo buena.
_Tú eres el dueño de este tren.
_Shhh, no, no soy el dueño, soy solo un pasajero más. ¿Tocarías el piano para mi?
_Si lo haría por ti, aunque no toco bien, solo algunas cosas.
_Aquí todo es posible, yo “nací sin orejas” y sin embargo puedo escucharte tocar el piano. Me gustaría invitarte a cenar, yo cocino.
_¿Tu cocinas?, tu eres el dueño de todo esto.
_No, no lo soy, nadie es dueño de nada ni nadie, nadie puede retenerte aquí.
_El amor debe ser libre
_Hay teorías, ecuaciones…cada uno es uno mismo y solo el deseo mutuo hace que el sueño sea único.
_¿Sueñas conmigo?
_Sueño que te sueño ¿y vos?
_Eres muy intrigante…y amable y mujeriego.
_Solo trato de subsistir, sobrevivo…¿qué tan lejos quieres irte?
_Donde nadie me reconozca, donde las flores no se sequen.
_Debo escribir todo lo que siento.
_Y yo dibujarlo.
_Entonces dibuja una playa, un mar y palmeras.
_Debo dibujar un hombre y una mujer…
_¿Qué es el amor?
_¿Qué es la soledad?
_Nadie tiene la felicidad comprada, hay que buscarla, hay que soñar y perseguir esos sueños.
_Claro para ti es fácil subirte a este tren y viajar y viajar…
_Tú estás en el mismo “barco”.
_Tú me trajiste…
_Solo quise que seas mi compañera.
_Si, hasta que la muerte nos separe…
_No, solo hasta que el tren se detenga.
_¿Sabes por qué las estaciones son siempre idénticas?, porque son siempre las mismas, estamos viajando en círculos y círculos, en espirales.
_No exactamente, hay un programa, la máquina está programada con la sucesión de Fibonacci, se pueden hacer correcciones, un oportuno cambio de vías.
_Estás loco????
_No, solo te amo demasiado. ¿Quieres comer uvas?.

He sido cuatro caminos
y al recorrerlos
le fui dando su nombre,
a uno lo he llamado Norte
y este me miraba con sus ojos negros
y al caminarlo pude saborear
a la vera sus uvas…
A otro lo he llamado Sur
porque al caminarlo
llenaba mis ojos de campo,
espigas color oro y cielo azul.
Al tercero lo llamé Oeste,
simplemente oeste
y sus ojos eran de color canela
como la tierra y sus elevaciones
y eran tan largas sus piernas
que debía yo volar sobre sus nubes.
Al cuarto lo llamé Este
y me miraba con los ojos de todos
y al caminarlo cada día
me daba la oportunidad
de nacer de nuevo…
Cada uno me ha dejado lo suyo
y a ninguno los he recorrido
aún en plenitud.
Y así han pasado los años
y la juventud se fue quedando
entre viejos y desordenados ladrillos
y todo fue cayendo, creando
esta armónica experiencia
de colores ocres y oxidados
a la que llamo POSIBILIDADES
Hoy me encuentro parado
exactamente en el nexo,
en ese punto crucial de la vida
donde uno elige ir hacia abajo,
hacia los lados o hacia arriba…
Dudas, sueños, recuerdos,
tal vez hasta rencores
y las ausencias adheridas
en los cuatro caminos cardinales,
sencillas razones para seguir
o quedarse a dormir
en una de las cuatro esquinas…

_¿Qué es el amor?

Ella se levantó me dio un beso y salió del coche hacia los privados. Mi “te espero” sonó hueco y se perdió a su espalda.